Por Notas de Plata.
En tiempos donde muchos servidores públicos parecen olvidar el verdadero sentido del liderazgo local, el alcalde de Jimaní, Lauriano Santana, da señales claras de que gobernar también significa escuchar, compartir y construir junto a la comunidad.
La reciente reunión que sostuvo con los miembros de la junta de vecinos y comunitarios del sector El Cerro es un reflejo de esa gestión cercana, abierta al diálogo y al seguimiento constante de las obras que impactan directamente en la vida de la gente. No se trató de una visita protocolar ni de una simple fotografía para el archivo institucional, sino de un ejercicio de transparencia y compromiso con la ciudadanía.
El parque que se levanta en El Cerro no solo es una estructura física; es un símbolo de esperanza, de cumplimiento y de confianza. Su construcción, financiada con fondos propios del Ayuntamiento Municipal y bajo el cumplimiento de la Ley 340-06 de Compras y Contrataciones Públicas, demuestra que cuando hay voluntad y planificación, los recursos públicos pueden traducirse en bienestar colectivo.
Con más de un 20 % de avance, esta obra ya genera expectativas entre los comunitarios, quienes han valorado la disposición del alcalde Santana de mantenerlos informados y de garantizar que cada paso se haga conforme a lo planificado. Es, sin duda, un ejemplo de gestión participativa y de rendición de cuentas a nivel local.
Lauriano Santana encarna ese estilo de liderazgo que la gente espera: un alcalde que no se esconde tras un escritorio, sino que sale a las calles, conversa, escucha y responde con hechos. En Jimaní, su accionar empieza a consolidar una nueva forma de gobernar: cercana, transparente y con visión de desarrollo humano.
Porque, al final, la buena política no se mide por los discursos, sino por la confianza que se construye día a día con la comunidad. Y en eso, el alcalde Lauriano Santana parece estar marcando la diferencia.
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