Por Notas de Plata Los ganaderos y agricultores de Cristóbal, en la provincia Independencia, viven una pesadilla que parece no tener fin. Denuncian continuos abusos del Consorcio Azucarero Central (CAC), empresa que administra los antiguos terrenos del Ingenio Barahona. Lo que alguna vez fue presentado como una promesa de desarrollo, hoy se ha convertido en un símbolo de desigualdad, abuso y desesperanza. Los campos de caña del CAC permanecen abiertos, sin cercas ni barreras. Los animales que se acercan a beber agua son capturados y llevados a corrales ubicados a varios kilómetros de distancia. Para recuperarlos, sus dueños deben pagar 500 pesos por cabeza, un cobro que carece de fundamento legal. Los ganaderos denuncian además maltratos a sus animales, muchos de los cuales regresan heridos o, sencillamente, no regresan. “Nos están arruinando la alcancía del pobre”, lamentan. Estas escenas se repiten cada semana, alimentando la impotencia y la indignación de la gente del campo. El mied...
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